Fútbol Pelado
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¿Bianchi tendria que ser DT de Boca?
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El Virrey se agarra la cabeza. Se terminó la ilusión de Boca...
Aunque el presidente Ameal insistirá, el Virrey considera que sus días en Boca terminaron. ¿Sus días como técnico también? Es lo más probable. Hace cuatro años que no dirige, no tolera las críticas de la prensa y prefiere pasear.
Para mí, Boca se terminó". Los que escucharon la frase, todavía con alguna mínima esperanza, quedaron helados. No por previsible --después de todo era la tercera, cuarta, enésima vez que decía que no-- la definición pierde impacto. Sobre todo porque lo que se cerró es mucho más que una puerta. Lo que cerró Carlos Bianchi en esas cinco palabras, es una carrera. ¿Volverá a dirigir alguna vez? Poco probable. Casi imposible.
En la Argentina, seguro que no: si no es Boca, y seguramente no será River por una cuestión de códigos, apenas le queda Vélez, pero sólo en caso de incendio. O la Selección, pero para eso debería fracasar Maradona, renunciar Grondona... Mucho. ¿Y afuera? También es difícil imaginarlo. De Europa se fue sin éxitos y en México tendría a disposición el América, el club más poderoso, pero ni eso lo tienta. Está cómodo acá en su rol de marido-padre-abuelo, dedica tiempo a sus nietos y, cuando está aburrido o quiere respirar aires distintos, sale a pasear. A Francia, por caso, donde pasó recientemente un mes con su esposa, Margarita.
Sus vínculos con el fútbol, en este momento, se reducen paradójicamente a trabajos periodísticos (tiene sus columnas de opinión en ESPN y comentará el Mundial para los mexicanos de Televisa). ¿Dónde está la paradoja? En que precisamente su relación con cierto sector del periodismo es mala (o peor) y ésa es una de las causas de este retiro (o "siesta", como le gusta llamarlo a él) que en realidad ya lleva cuatro largos años. Bianchi cree que la prensa actual degeneró en una especie salvaje y que fue maltratado en su última etapa, como manager del club.
Otra gran razón es su medición de riesgo-beneficio: "¿Qué me puede ofrecer Boca en este momento?", se justificó. Bianchi siente que expone su riquísima historia y para ello tendría que armar un plantel nuevo: hace un año y medio que este grupo viene a la deriva, peleando en el mejor de los casos la mitad de tabla. Y en el orden institucional, tampoco hay garantías: algunos abiertamente, otros no tanto, hay dirigentes que se oponen a su regreso así como minaron desde adentro, con críticas permanentes, el trabajo gerencial que ejerció hasta principios de año.
Ameal insistirá con un último tiro (no lo hizo ayer, pese a las versiones). Lo siente como una obligación aunque sea consciente de la negativa que lo espera.
"Para mí, Boca se terminó. Listo. Ya está", le escucharon decir al Virrey. Es algo así como un "chau, felicidades" pero más amargo, más despojado, más terminante. Definitivo.
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